Lo que pasó hoy es histórico. Pedro Sánchez anunció un decreto para imponer un embargo de armas a Israel por el genocidio en Gaza. Minutos después, el Gobierno de Netanyahu estalló: acusó a España de “antisemita” y prohibió la entrada a las ministras Yolanda Díaz y Sira Rego.
Esto no es diplomacia. Es chantaje político de un Estado genocida que pretende dictar quién puede entrar y quién no mientras bombardea hospitales, asesina niñas y niños, y utiliza el hambre como arma de guerra. Israel llama “antisemitismo” a lo que en realidad es antigenocidio.
La respuesta española incluye nueve medidas que marcan un antes y un después:
Embargo de armas por ley.
Cierre del espacio aéreo a aviones militares con destino a Israel.
+10 millones de euros a la UNRWA.
Sanciones diplomáticas y restricciones de cooperación.
(y más medidas que erosionan el blindaje internacional de Netanyahu).
La reacción israelí confirma lo que era evidente: cuando la complicidad se rompe, el régimen se tambalea. Netanyahu sabe que si España abre la puerta al embargo, otros países europeos podrían seguir. Por eso recurre a su viejo truco: acusar de antisemitismo a quien denuncia su maquinaria de exterminio.
Yolanda Díaz fue clara: “Es un orgullo que un Estado que perpetra un genocidio nos prohíba la entrada”. La frase es demoledora. Porque la dignidad no se negocia con asesinos.
El relato israelí se hunde. La acusación de antisemitismo ya no engaña a nadie. Cada día más pueblos, instituciones y gobiernos entienden que Israel no está defendiendo su seguridad, está perpetrando un genocidio televisado en Gaza.
👉 Lo que está en juego no es un rifirrafe diplomático. Es decidir si Europa sigue siendo cómplice de la masacre o si se atreve, de una vez, a parar el flujo de armas y dinero que alimenta la matanza.
✊🏽 Hoy España ha roto el muro de la impunidad. Que cunda el ejemplo.
Apoya a Spanish Revolution para seguir difundiendo lo que incomoda al poder:
No hay comentarios:
Publicar un comentario