Nada que ver con la fiesta de antes que nos cuenta Pepe Garcia Reinoso. Aún así gracias a la Comisión de fiestas por seguir celebrándola, en ella se eligen a las reinas y reyes de nuestra feria, se comen patatas asadas y hacen “un minifuego”.
Vamos con el relato de Pepe:
SANTA ANA, SANTA ANA..... que si no nos dáis ná pa la luminaria, que su je muera la marrana.
Mañana es el día de Santa Ana. En Cádiar era celebrada quemando unas "luminarias", inmensas fogatas que se prendían el día de Santiago por la noche con el fin de implorar los favores de la Santa para que proteguiera a los marranos, principal fuente de proteínas animales de la época, hace 60 años y que en todas las casas de labradores había. En unos tiempos en que había pocos veterinarios o especialistas en medicina animal, las gentes se encomendaban a santos y divinidades y una de las formas de conseguir sus favores, era haciendo luminarias, chiscos o fogatas que ardían en su honor.
Durante todo el día de Santiago, grupos de niñas, niños y mozuelos, recorrían el pueblo, de puerta en puerta, recitando el mantra que encabeza este escrito. Los vecinos colaboraban con muebles viejos, leñas, brozas y otros archenes que no se utilizaban. Las leñas y trastos se iban acumulando en lugares ya escogidos de antemano, la placeta del Prado, la plaza de Arriba y la del Pescao, la Era de la Ermita y el jondilanco de la antigua Fuente del Calvario.... Si quieren saber señores, donde reina la alegría, en la Fuente del Calvario, la puerta la barbería.... en todas se ponían de base unas bolinas secas, unas gavillas de sarmientos y encima, todo lo que se recogía por el barrio. Al anochecer se le metía fuego y ardía como la tea. Se formaba un lumbrerón inmenso. Los vecinos se acercaban a verla arder, mientras los chiquillos gritaban y correteaban alrededor de la luminaria. Cuando quedaban las brasas, se aprovechaban para asar papas y panochas de maíz tierno ¡¡qué ricas!! que se consumían con un chorreón de aceite de oliva y buenos tragos de vino y alguno de aguardiente😋😂
También se cantaban remerinos....
Yo tiré un limón rodando
y en tu puerta se paró.
Hasta los limones saben
que nos queremos los dos.
La calle que yo rondé, rondaré.
Si otro la quiere rondar, rondará.
Pero en diciendo de amores, señores,
la mar, la mar y la maaaar.
En el mar hay una isla
y en la isla una ventana,
y en la ventana una niña
que a los marineros llama.
Olé con ole, morena mía
siempre que vengo te hayo dormía,
por la mañana y al mediodía, lerén
y al mediodía larán......
Y esque para el marrano, todos los cuidados y rituales eran pocos. No en valde llenaba la despensa y la bodega con sus productos.... morcillas, longanizas, salchichón, blanquillo, tocinos, espinazos, brazuelos y espinazos....
Mataooooo, no digas que no has mataoooo
que en lo arto la ventana
tienes el morcón colgaooooo
El marrano era "el gran reciclador" en sabias palabras de Paco Alcázar en su ameno libro "De Cádiar y su gente" y en unos tiempos en que no había basurero, casi todas las sobras de la casa se le daban al marrano.... pelaúras de papas, cáscaras de habas, restos de comidas, además de buenos "berbajos" de papas cocías, remolacha, harina de cebada, salvado... un revuelto que se le servía tibio y que a los marranos les encantaba.... voy a hacerles el berbajo a los marranos, que estarán lampandico, que decía mi madre. También comían algunas hierbas: el carretón p´al lechón y la arvejana pa la marrana.... y alguna inocente gallina despistada que se atrevía a entrar en la "zajurda" En los cortijos les daban plantas de amapolas, cerrajas, lengüazas... hasta que llegaban los días de la matanza, la gran fiesta familiar y popular de Cádiar y la Alpujarra toda. Dos días de juerga y "foyollo" para celebrar la rica abundancia de todos los embutidos y productos que se sacaban... del marrano se aprovechan hasta los andares, que se decía y era verdad. Bien que lo disfrutábamos todo el invierno y la primavera, aquellas sartenás de tajás, los tocinos y longanizas asados en la lumbre, los soberbios pucheros de coles, cardos, hinojos adobados con espinazos, caretas, y buenos cachos de aquel "tocino de hebra" que disfrutábamos mojeteando aquel pan excelso que hacían nuestras madres y abuelas. Y también los empedraíllos de habichuelas con longanizas y costillas, las gachas de ajoquemáo con parecidas guarniciones, los estofados de huesos del pecho, los ajopollos con las patas del marrano, las morcillas con tomate, el blanquillo cuando cogíamos la aceituna, las inolvidables cazolillas de arroz y papas del cortijo con tajás.... así es, que pensando en todo esto cómo no le íbamos a hacer una buena luminaria a Santa Ana?
Después llegaban "los apuraorzas" o "rebañaorzas", desde Madrid, Barcelona y Graná, lampandico por disfrutar de las últimas tajás de las orzas, de ahí el mote y meterle mano al brazuelo o "magrillo" como le decíamos entonces a todo lo que no fuera tocino blanco.
Y ya para acabar, aquella poesía que sacó un antiguo alcalde de un pueblo de la Alpujarra, inspirándose en la Santa protectora de los cochinos:
¡¡Gloriozizima Santa Ana!! que juites madre de Cristo. También juites Apostol, Martir y endispués juites arzobispo🤣🤣🤣🤣
¡¡Válganos San Blas bendito!!, ende je aluego. Arreglaos vamos con los versos de l´arcarde. 😂😂😂
Feliz día de Santa Ana tengáis y a disfrutar mucho de la Luminaria!!!
Ah, y no os olvidéis de "registrar la parra temprana", que se decía que había que hacer por Santa Ana. Yo hoy ya me he comido las primeras uvas y bien ricas que están .
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