Somos así.

 Somos muy de lo nuestro. De lo que nos hace feliz. De los lugares con encanto que nos quitan el sentío, donde estamos como en casa. De los rinconcillos con amor. De los planes improvisados. Y los ratos que marcan la diferencia. Somos muy de nuestro sitio favorito, de donde nos tratan como si fuéramos familia. De esos lugares donde sentimos paz por un momento. Somos muy de los nuestros. De la compañía que vale oro sin importar el tiempo y hasta sin importar el lugar. De los que nos dan amor y cariño porque sí. De los que no fallan. Los que nos sonríen a lo lejos y se alegran al vernos. Somos muy de sentirnos felices con las pequeñas cosas. Con quien merece la pena. Con las cosas que parecen insignificantes pero que en realidad lo son todo. 

Somos muy de lo nuestro. Y sobre todo, de los nuestros. De todo eso que no cambiaríamos por nada. 

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MIS PASEÍLLOS.

 

RINCONES DE CÁDIAR.

 

Pensamientos

 Esto no ha terminado, no lo olvidemos. Parece que no hemos aprendido nada de toda esta pesadilla, seamos responsables, solidarios, tengamos empatía y humanidad.

Ojalá todo hubiese acabado y esta pandemia hubiera  pasado. Ojalá ya no muriera gente por este bicho. Ojalá no tuviésemos que llevar mascarilla, ni aguantarnos las ganas de dar un abrazo y pudiésemos llevar una vida normal como la de antes. Ojalá no existiesen el gel hidroalcohólico, ni medidas, ni restricciones, ni distancia de seguridad. Ojalá pudiéramos juntarnos  los de siempre, todos, sin límite, en una misma mesa y brindar  sin miedo, cantar  a pleno pulmón sin taparnos la boca. Ojalá sonreír no fuese solo con los ojos. Ojalá todo acabase, mejor que  todo hubiese acabado.

Pero no, lo único que ha acabado es un toque de queda todo lo demás, sigue aquí. 

Ya sé que vivir es urgente y lo necesitamos por nosotros, por nuestro bien. Pero por favor, que sea con responsabilidad. La vida es maravillosa, no dejemos que se nos escape por falta de empatía, de cabeza, y mucho menos por tonterías.

EL AGUA, FUENTE DE VIDA.

 

Mi paseíllo en Cádiar.