No sé qué hacer con el aire, ni con el mundo cuando mi alma y mi corazón están en penumbras. Me siento triste y sola, con unas enormes ganas de llorar. Mis lágrimas salen como por inercia, con ganas de caer al suelo. Pero una limpieza del alma siempre viene bien. Estos momentos de bajón también me hacen crecer y ser más fuerte.
Echo en falta a mis tres estrellas... No obstante sé que a ellas no les gusta verme así, por ello me alientan y me animan a salir, a seguir hacia adelante, a ponerme el mundo por montera con una sonrisa de oreja a oreja y una actitud siempre positiva.
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