Las casualidades existen y es que hoy mi Flory, y por casualidad, me empieza a preguntar sobre una medalla con una m. Entonces me viene a la memoria que yo tuve una así con las características que me va confirmando. Cuando la veo recuerdo perfectamente a mi Jose F., chiquitillo que me la regaló hace muchosss años. Me ha hecho recordar tantas y tantas historias de aquella clase, de todos los niños y niñas del Sánchez Velayos y de todos mis alumnos y alumnas de Charches, Órgiva, Murtas, Laroles, Torvizcón, Carchuna y Los Laneros. Son unas sensaciones maravillosas, sus risas, sus voces, el bullicio de la clase, la sensación de hermandad entre ellos, el esfuerzo por seguir adelante, era como un micromundo dentro de la clase donde cada cual éramos importantes para el resto y nos ayudábamos. Era algo muy especial y recuerdo a cada niño y niña con muchísimo cariño. Es tan así que siempre creí que el mundo fuera del horario escolar no existía.
También me acuerdo perfectamente lo que me dijo el maestro Pepe Linares cuando llegué a Ugíjar:”A los niños lo primero que hay que darles es cariño “, y es cierto lo confirmo.
Recuerdo también a todos los compañeros y compañeras, algunos de ellos amigos, aunque una gran mayoría no tengo ni idea de por dónde andan y si que me gustaría seguir manteniendo contacto.
Eran otros tiempos y creo que éramos distintos, la escuela ha cambiado muchísimo y creo que a peor. Y ya si nos venimos a la actualidad con el puñetero Covid y todas las medidas, tantas veces contradictorias, de las administraciones es para “ hacerles un buen corte de mangas ‘. Egoístamente pienso: “ Menos mal que estoy jubilada “. Pero ahí están los niños y niñas, como siempre, dándonos ejemplo. Y siempre hay maestros y maestras comprometidos como mi equipo directivo de Ugijar.
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