Cuando va terminando agosto, siempre me pasa lo mismo, me entra melancolía y un poco de tristeza porque se acaban los días sin reloj, las noches cálidas, los ratos de no hacer nada, los ratos de lectura, en fin terminan las vacaciones y casi que empieza el olor del otoño. Al paso de los primeros días de septiembre te metes en la rutina del cole y estoy deseando de comenzar de nuevo con mis niños.
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