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lunes, 10 de febrero de 2014

ACTUALIDAD...

¿Es la infanta un poco tonta? recopilado de Público.es

Resulta que si se mueren seis altezas reales españolas de repente, la séptima en la línea de sucesión, que es la infanta Cristina, como reina va a resultar un poco tonta. Sólo por consanguinidad y por borbona, si esa desgracia ocurriera, por ejemplo en un accidente de avión de seis miembros de la familia real visitando Botsuana para visitar a Corinna, tendríamos en la jefatura del Estado a una tía que no sabe lo que firma, que desconoce en qué empresas está, que usa tarjetas de crédito de incierta procedencia y que suscribe simultáneamente recibos de arrendamiento y como alquiladora de su mansión de Pedralbes sin preguntarse qué suscribe. Si está tía es inocente, demuestra que nuestra familia real no está preparada para reinar ni para nada, y que mayormente debería ser beneficiaria de una ayuda estatal por discapacidad intelectual, en lugar de gozar de una opción a la Corona y de un presupuesto anual cercano a los diez millones de euros.
urdanLa declaración de la infanta ante el juez Castro, diseñada no en vano por el padre de la ConstituciónMiquel Roca, ha consistido en demostrar que Cristina es un poco, bastante, o sobradamente tonta. Como un preferentista cualquiera. A mí no me parece mal como estrategia procesal. Y, repasando la historia, tampoco hallo a ningún borbón que haya resultado excesivamente listo. Pero entonces deberíamos replantearnos los españoles si preferimos una monarquía sustentada por incapacitados intelectuales o una república, a ver si de la república surje alguien más listo. Que también lo dudo, tal y como andamos votando últimamente.
Cristina puede reinar el martes si se cae el avión en Botsuana. Y firmar cualquier acuerdo con los etarras o los talibanes para dinamitar el Camp Nou, el Bernabéu o la Plaza de España sin acordarse, sin saber lo que firmaba, e incluso solo por amor a cualquier etarra o talibán noviete. Porque ella ha dicho que firmaba todo lo que le ponían delante por confianza y por amor. Vaya chollo de tía. Para un terrorista, para un chorizo, para un tío que mete goles con la mano o para un cualquiera.
rajoyMe da la impresión de que gastamos demasiado dinero en la educación de los sucesores a la Corona para tan magros resultados intelectivos. Pues no me puedo creer que la infanta Cristina no sea tonta, y esté vacilándonos al juez y a los españoles. Yo, sinceramente, considero que el juez Castro la debería exculpar por tonta, y meterla en un trabajo conforme a su escasa neuronalidad. Pena que la ley de dependencia haya sido momificada por el actual gobierno, que si no esta chica podría llevarse de pensión hasta trescientos euros mensuales o así. Que de tan tonta se los merece.
Tal como veo yo las capacidades de nuestra casa real, propondría acogerlos más a la ley de dependencia que a los presupuestos generales del Estado, y que me perdonen los dependientes si mi argumento molesta, incomoda o hiere. Sobre todo teniendo en cuenta que el Gobierno del PP recortó en 2013 1.108 millones de euros de esta partida, una cantidad superior a la presupuestada ese año: 1.087 millones.
Los 30 o 40 dependientes borbónicos, si se recuperase aquella ley de dependencia, a 300 pavos por incapaz, nos saldrían a 12.000 euros mensuales, cantidad sensiblemente inferior a la que recibe Zarzuela. Sería un ahorro y las futuras infantas Cristinas al menos tendrían a alguien a su lado para comisariar lo que firman, para informarles de la infinidad de cosas que no saben, para hacerles distinguir las tarjetas de crédito personales de las de su ONG sin ánimo de lucro, o para advertirles de los trapicheos de sus novios etarras, talibanes o balonmanistas. Porque esta chica, sin duda, se vio desamparada en aquella tesitura del instituto Nóos. Pobre tonta. Pobre. Como todas las tontas de clase baja española, licenciada en Ciencias Políticas por la Complutense y máster en Relaciones Internacionales por la Universidad de Nueva York. Si es que no hay nada mejor que estudiar, arrancando en el recreo patatas de la tierra helada para no pasar hambre, en las escuelas unitarias de Chantada, provincia de Lugo. O por ahí. Pero es que ese tipo de educación cuesta más que dinero. Y es lo que le ha faltado a la pobre infanta Cristina para acabar siendo una chica inteligente y memoriosa. Pobre. Pobre.


De plomo las calaveras de Luis García Montero.

Los hechos son tozudos. Los desechos también. Las fronteras son un lugar en el que los hechos y los desechos exigen una observación meticulosa. Las fronteras pueden convertir a una persona en un desecho, en residuo, basura, objeto inadmisible que merece ser tratado con desprecio y vilipendio. El mar y las tormentas matan porque la naturaleza desatada es peligrosa. Las fronteras no son espacios naturales, pero matan con frecuencia porque las sociedades, los países, los papeles, se desatan y actúan sin compasión. Las fronteras son un laboratorio en el que el poder experimenta con los que llegan de fuera el trato que tiene reservado para los de dentro. En algunas pruebas de laboratorio se sacan conclusiones desoladoras: hay quienes fundan la ley en el desprecio al ser humano, a sus dolores y sus debilidades.
Un numeroso grupo de personas, casi todas de origen subsahariano, intentó entrar en España por la frontera de Ceuta el día 6 de febrero. Las imágenes grabadas y el relato de los supervivientes dibujan una actuación cruel por parte de la Guardia Civil. Los hechos y los desechos son tozudos. Quince cadáveres son el desecho que ha provocado este intento de entrar en España y la respuesta rotunda de los encargados de vigilar la frontera. Algo va mal, muy mal, en la ley y en la sociedad cuando las fuerzas de seguridad de un Estado ponen más empeño en cerrar las fronteras que en evitar que las personas mueran delante de sus ojos. El relato de los supervivientes denuncia los disparos de balas de goma y el uso de gases lacrimógenos contra los que nadaban para alcanzar la playa. Los supervivientes hablan también de un barco de la Guardia Civil que no socorrió a los que se iban a hundir. Sus tripulantes se dedicaron a empujar a vivos y muertos con palos para dirigirlos hacia la parte marroquí de la playa. Todo esto merece una investigación. ¿Ocurrió así? ¿Quién dio las órdenes? ¿Hubo después deportaciones ilegales? Los familiares de los muertos, los ciudadanos españoles y la Guardia Civil merecen una explicación.
Ante la falta de interés de las autoridades por aclarar los hechos, 20 asociaciones presentaron una denuncia el día 10 de febrero. Se trata de asociaciones religiosas, políticas, cívicas, que trabajan desde hace años en defensa de los derechos humanos. La denuncia expone los hechos que se conocen por las grabaciones difundidas en la prensa y por el relato de los supervivientes para pedir una investigación. Pide, por ejemplo, que se recaben todas las imágenes existentes sobre lo sucedido y que se haga inventario del material antidisturbios para sacar conclusiones acerca de su utilización. Es decir, la denuncia pide sólo aquello que una autoridad responsable debería hacer sin que nadie se lo pidiese.
El director general de la Guardia Civil, señor Arsenio Fernández de Mesa, irrumpió airado en la escena pública y afirmó que las ONG le hacen el juego a las mafias. Anunció también querellas criminales contra los que calumnien y presenten denuncias falsas contra la Benemérita. Su tono tajante no admite dudas: todos los guardias civiles observaron un proceder impecable e hicieron lo que tenían que hacer. 15 cadáveres no merecen una duda, son el desecho del buen proceder. Con esta actitud, es el director general quien le falta el respeto a la Guardia Civil, identificándola de forma natural con la muerte. Su tono, en el que no caben siquiera la piedad y el pésame, nos devuelve a los famosos versos del romance de Federico García Lorca: “Tienen, por eso no lloran, / de plomo las calaveras”.
Las religiones son una materia tan rara y tan alambrada como las fronteras. Cada uno traza con ellas su propia identidad. El PP se siente muy identificado con la Iglesia que considera desecho a los homosexuales y que viola la conciencia individual de las mujeres imponiendo sus dogmas sobre la sexualidad y la interrupción del embarazo. Pero el PP sale corriendo en cuanto ve comprometerse a un cura o a una asociación cristiana con los derechos humanos de los inmigrantes. La conocida religiosidad de Ministerio del Interior tiene mucho que ver con la Inquisición y las Cruzadas, muy poco con la compasión.
Aquí no hay compasión ni con la Guardia Civil. El famoso romance de García Lorca sobre las capas, las herraduras y los caballos negros de la Benemérita fue la consecuencia de su mala imagen popular después de muchos años de represión salvaje. El cambio real de actitud, la transformación interior y exterior del Cuerpo, supuso uno de los síntomas más llamativos de la democracia española. Ahora parece que la autoridad, los políticos que dan las órdenes, los que pueden sacar de nosotros lo mejor o lo peor, están dispuestos a devolverle una imagen tétrica a la Guardia Civil. El tono totalitario y la prepotencia se cuelan una vez más en nuestra historia. Que se llenen las fronteras de cadáveres. Aquí se ha hecho lo que se tenía que hacer. Los ciudadanos españoles que piden una investigación son desechos de nuestra patria y los inmigrantes son la vileza del mundo.



García Montero en la SER..
Dos años después de la Reforma Laboral:
desempleo, inseguridad y desigualdad

http://www.cadenaser.com/economia/audios/naufragio-reforma-laboral/csrcsrpor/20140207csrcsreco_1/Aes/


DIARIO PÚBLICO:

Ciclogénesis política

Es una ciclogénesis perenne, que convierte en anormalidad la vida política y social españolas.
Aún coleando el estúpido y romántico show de la Infanta con olas gigantes de la Fiscalía y de la Abogacía del Estado de hasta doce metros de perplejidad como defensores que se pueden llevar por delante al único, el juez Castro, que se ha mantenido firme ante la furia de las instituciones, fortísimos vientos racheados sacuden a la izquierda pura y dura que provocan desconcierto y desunión en contra de lo que machaconamente advierten los votantes muy mayoritariamente refugiados en el centro.
Los centristas del PSOE, por su parte, se amurallan en Elena Valenciano para el chollo de los cargos de eurodiputados, como si fuera mejor que López Aguilar o que Ramón Jáuregui, y conservando, además y dado que en España sobra trabajo, su cargo de Vicesecretaria general. El secretario general Rubalcaba se ha subido a un árbol y entre el follaje vigila, manda y no aclara su futuro.
La ristra de negros caídos y devueltos en la playa de Ceuta presagia que la tormenta aún no ha pasado y África se rebela contra siglos de explotación por parte de los europeos, incluida España en lo que ha podido. Quieren que se les devuelva en forma de acogida y trabajo todo lo que se les ha expoliado.
El Congreso va a hacer un examen de conciencia, votando en secreto si se admite o se solicita el rechazo de la ley que impide a las mujeres decidir por ellas mismas lo que atañe a sus vidas. Puede convertirse en un tornado de resultado y efecto inciertos. Disciplina o conciencia, he ahí la cuestión.
En la Moncloa han instalado sacos terreros y tapiado ventanas para aislarse y no tener contacto con protestas y ciudadanos. El suelo está ya empapado de tanta miseria y desamparo, y la Guardia Civil no da abasto a trasladar en lanchas de goma a los que han perdido su casa. Los ricos han huido en los drones o aviones no tripulados que las autoridades habían comprado para vigilarnos.
Las isobaras catalanas se juntan, el viento tola, no parece una tormenta tropical, y España puede perecer por hipotermia política.
España está en alerta roja de tanto como han apretado, y reconstruirla llevará tiempo, mucho tiempo, decenios, y entretanto la injusticia se enquistará y cebará en los débiles. El Gobierno prepara el consabido truco de prometer bajas de impuestos tres o cuatro meses antes de las elecciones, para después subirlos, pero pescando votos de pincho. El ministro de Hacienda se ha transformado en el nuevo hombre del tiempo y engaño fiscal.
España está a punto de un apagón general y quedarse a oscuras por no poder pagar la luz sus habitantes.
La política está en descrédito absoluto, pero esto ya forma parte de la normalidad de la anormalidad democrática, sin que los responsables extremen precauciones.
El huracán y hurón de la corrupción continúa devastador, sin que nadie le ponga remedio ni muros de contención. EREs y sumarios nos inundan. Constituye, con el paro, el gran desastre de la ciclogénesis nacional.
Los daños materiales son cuantiosos e incalculables, presagian violencia extrema y solo nos salva que nos hemos acostumbrado a la ignorancia y a la sumisión, y, como queda dicho, a la normalidad de la anormalidad y a renunciar a ser un país puntero. La intolerancia está en el origen de nuestra ciclogénesis política. Pero un día todo puede reventar. Llueve sin parar sobre la democracia.


OTRO DE PÚBLICO:
La página web Wouzee ha colgado un vídeo de algo más de cinco minutos de la declaración de la infanta Cristina ante el juez del caso Nóos, José Castro.
En el vídeo, grabado con la cámara ladeada y la imagen vibrando, se aprecia a la infanta Cristina por detrás, respondiendo a las preguntas del juez, mientras que se escuchan silbidos y protestas en la calle.
El juez Castro pregunta sobre las actividades del Instituto Nóos mientras muestra en una pantalladocumentos y correos electrónicos relacionados con esas actividades, y recuerda incluso a la infanta que puede negarse a responder a sus preguntas. Cristina de Borbón contesta en varias ocasiones en este fragmento grabado de su declaración con la frase "no recuerdo", mientras que el autor de las imágenes mueve la cámara en algunos momentos y enfoca el techo y el suelo, en lo que parece un intento de no ser descubierto.
El juez Castro había dictado un auto, previo a la declaración como imputada de la hija menor del rey, en el que prohibía expresamente el acceso a la sala de vistas de cualquier dispositivo que permitiera la toma de imágenes. Para ello, estableció la obligación de que todas las personas que accedieron a la sala, unas cuarenta entre abogados defensores, fiscales, representantes de la acusación y funcionarios, depositaran bajo custodia policial antes de entrar sus teléfonos móviles, tabletas, ordenadores portátiles o cualquier otro dispositivo que pudiera grabar imágenes o sonido.
Para prevenir una posible filtración, el juez había accedido además a la solicitud de la defensa de la infanta de que la declaración solo se grabara en audio para su posterior transcripción, pero no en vídeo como se había hecho en ocasiones precedentes. Tras la publicación este domingo en El Mundo de una fotografía de la declaración (con el mismo encuadre que el vídeo), el juez pidió al jefe superior de Policía de Balears, Antonio Jarabo, que se investigase la captación de esa imagen




La película de Facebook de nuestro queridísimo ministro de la INCULTURA...

https://www.youtube.com/watch?v=mMINacCf_0w#t=17



ARTURO PÉREZ REVERTE...

Patente de corso

Esta Administración infame

Con frecuencia llegan cartas de jóvenes que intentan conseguir una beca de estudios o laboral, crear su propio puesto de trabajo como autónomos, o abrirse paso con fondos que el Estado administra. Esas cartas acaban produciéndome honda tristeza, pues siempre cuentan lo mismo: el choque con el muro infranqueable de la Administración, cuando no de 17 administraciones diferentes y a veces opuestas entre sí. La burocracia atrincherada bajo el cómodo anonimato y la impunidad funcionarial, que no sólo entorpece ilusiones, sino que a menudo las destruye por desidia, pereza o desinterés.

Extraño será que ustedes mismos no conozcan casos, si es que no lo sufren en sus carnes. Cuando un joven consigue algo, todo son tardanzas, retrasos en el pago, argucias presupuestarias. Y en la fase previa, poca información, confusas explicaciones del BOE, malos modos cuando alguien, en su desesperación, insiste en saber. Y sobre todo, esa imposibilidad de hablar con alguien responsable, en lugar de la habitual cadena de gente que te pasa a otra gente que tampoco sabe, que no da referencias ni da nombres, mientras intentas averiguar por qué te deniegan tal o cual beca, ayuda o subvención oficial, a qué clase de expediente sí se la concedieron y cómo lo calificaron. El bloqueo del derecho a saber qué suerte corrió tu solicitud y con qué criterios fue rechazada; algo natural y necesario para mejorarla en otra ocasión, o solicitar una ayuda más adecuada a tus posibilidades. 
Ante esa legítima reclamación se alza, siempre, un muro de silencio. El calvario de ir de uno a otro funcionario, sin averiguar no ya el responsable de lo tuyo, sino el departamento al que corresponde. A veces ni siquiera sabes si se trata del ministerio, la consejería o la pepitilla de la Bernarda. Y cuando al fin alguien parece saber de qué le hablan, empiezan los diálogos absurdos: no hay responsables, ni lugares, ni nombres. Nadie sabe nada. Todo es un enredo burocrático organizado para disuadirte de insistir. Y llegas a una triste conclusión. Esos funcionarios que deberían ayudarte -y no faltan los de buena voluntad que lo hacen o lo intentan-, suelen comportarse como si el asunto fuera tan oscuro que no conviniese dar explicaciones. Podría ser por incompetencia o pereza, concluyes; y así es a veces. Pero lo que queda de manifiesto, al fondo, es la falta de transparencia con que funciona este Estado de taifas y parcelitas miserables. La sospechosa forma en que maneja el dinero público una Administración vampiro que, en vez de ayudar al ciudadano haciendo posibles futuro y riqueza, lo expolia y desalienta. 
Asombra el grado de perversión del monstruoso sistema que nos ha sido impuesto. No saber nunca a quién llamar, a quién reclamar nada. Con lo fácil que sería una firma: saber que quien maneja un expediente es responsable en el tramo que le corresponde. Un médico o un profesor son funcionarios y firman con sus nombres, pero en asuntos administrativos no firma nadie. El sistema es anónimo, lo que garantiza mucha impunidad. Mucha golfería. Todo se excusa tras la pantalla opaca del funcionario; que a menudo, sospechas, sólo cumple instrucciones superiores: es sólo un disfraz del sistema. Qué distinto sería poder seguir la traza de cada expediente, como ocurre en Correos -servicio admirable, todavía- cuando mandas un certificado y te ofrecen un papelito que, vía Internet, permite saber dónde está tu envío en cada momento. Si algo así se aplicara a la Administración, sería posible una mayor transparencia. Comprobar quién hace o no su trabajo. Averiguar en qué despacho y qué manos te arruinan la vida. 
Todo esto apesta, oigan. Ni siquiera la desidia, la incompetencia o la maraña burocrática pueden explicarlo; porque, cuando con mucha insistencia alguien llega al hilo del ovillo, se entera, por ejemplo, de que su elaborado proyecto con el que sudó sangre, cuyo requisito oficial era generar empleo intercomunitario, ha sido rechazado como otros, y en cambio se lo dieron a una página Web más simple que el mecanismo de un sonajero. Y claro. Ahí no valen pantallas. Eso no es el humilde funcionario de la ventanilla o el teléfono quien lo concede al sobrino, compadre o recomendado, sino que se decide arriba. Entre quienes se benefician del negocio y lo extienden a su clientela, sobre todo en un país corrupto como éste, donde lees el periódico y echas la pota. Si esa poca transparencia se da con una subvención de 500 euros, calculen lo que circula en la sombra, y a qué manos va cuando se reparte el pastel entre afiliados, compadres y sindicatos del langostino.    

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