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lunes, 18 de febrero de 2013

FORGES.


Escribe Forges:

"Quizá ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis es más que
económica, va más allá de estos o aquellos políticos, de la codicia de
los banqueros o la prima de riesgo. Asumir que nuestros problemas no se
terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de medidas
urgentes o una huelga general. Reconocer que el principal problema de
España no es Grecia, el euro o la señora Merkel. Admitir, para tratar de
corregirlo, que nos hemos convertido en un país mediocre. Ningún país
alcanza semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o
cuatro años. Es el resultado de una cadena que comienza en la escuela y
termina en la clase dirigente. Hemos creado una cultura en la que los
mediocres son los alumnos más populares en el colegio, los primeros en
ser ascendidos en la oficina, los que más se hacen escuchar en los
medios de comunicación y a los únicos que votamos en las elecciones, sin
importar lo que hagan. Porque son de los nuestros. Estamos tan
acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla
como el estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre
reducidas al deporte, nos sirven para negar la evidencia.

- Mediocre es un país donde sus habitantes pasan una media de 134
minutos al día frente a un televisor que muestra principalmente basura.
- Mediocre es un país que en toda la democracia no ha dado un presidente
que hablara inglés o tuviera unos mínimos conocimientos sobre política
internacional. - Mediocre es el único país del mundo que, en su
sectarismo rancio, ha conseguido dividir incluso a las asociaciones de
víctimas del terrorismo. - Mediocre es un país que ha reformado su
sistema educativo tres veces en tres décadas hasta situar a sus
estudiantes a la cola del mundo desarrollado. - Mediocre es un país que
no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y fuerza a
sus mejores investigadores a exiliarse para sobrevivir. - Mediocre es un
país con una cuarta parte de su población en paro, que, sin embargo,
encuentra más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país
vecino bromean sobre sus deportistas. - Es mediocre un país donde la
brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada -cuando
no robada impunemente- y la independencia sancionada.

Un país que ha hecho de la mediocridad la gran aspiración nacional,
perseguida sin complejos por esos miles de jóvenes que buscan ocupar la
próxima plaza en el concurso Gran Hermano, por políticos que insultan
sin aportar una idea, por jefes que se rodean de mediocres para
disimular su propia mediocridad, y por estudiantes que ridiculizan al
compañero que se esfuerza. Mediocre es un país que ha permitido,
fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres, arrinconando la
excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse engullir por
la imparable marea gris de la mediocridad. FORGES.

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