Cuando pasas después de tantos años por las calles de la juventud las contemplas sin prisa, con asombro. con memoria, como si fuera la primera vez que paseas por ellas, Y te envuelve la nostalgia, y se te llena el alma de recuerdos. Quieres correr como entonces, pero el tiempo no pasa en balde y no puedes. Entonces inspiras con fuerza y te vienen los olores de antaño. Se te erizan los sentidos y la mente se puebla de recuerdos. Cada paso que das es como un regalo del tiempo. Cuando vuelva a Granada el paseo será por La Sabika para revivir los recuerdos y engrandecer el alma.
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