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lunes, 31 de diciembre de 2012

> MEDITACIONES SOBRE LOS MEDICAMENTOS.>

GRACIAS PACO.
> Vengo del médico y me ha fastidiado el día.
>
> ¡Pues no me ha dicho que no tengo nada! ¿Qué sabrá él
>
> Va el tío y me dice que no tengo que tomar ningún medicamento,
> que estoy sanísimo…
> Pues claro que estoy sanísimo! ¡Porque tomo medicamentos!
>
> A mí es que los medicamentos me dan mucha seguridad. ¿A ustedes
> no les parecen una maravilla?
>
> Son lo más parecido a un milagro: tú te tomas una pastilla… ¡y
> se te quita el dolor de cabeza!
> Ella se toma otra… ¡y ya no se queda embarazada!
> ¡Y tú te tomas otra… y se te pone dura!
> No me dirán que esto no es un milagro…
> ¿Cómo sabe una Aspirina así de pequeña, a qué parte del cuerpo
> tiene que ir?
> Te tomas una Aspirina, llega al estómago…/
> - Buenaaasss, ¿es aquí el dolor?
> - No, eso va a ser en el piso de arriba, en la cabeza, al lado
> del hipotálamo, allí pregunte usted por “migraña”./
> ¡Oye… y llega! A mí me preguntan dónde está el hipotálamo, y…
> ¡Ni de coña!
> ¡Las pastillas son la leche!
> Las que más me gustan son las blancas, son tan sobrias, no sé…
> parece como que curan más.
> Las cápsulas las encuentro frívolas… me dan la impresión de que
> son demasiado chillonas… ¿verdad? Siempre me pregunto, ¿para qué
> gastarán en ponerles colorines a las cápsulas si en el estómago
> no tenemos ojos? Que se fijen en los supositorios: a nadie se le
> ha ocurrido hacerlos de colores, como los helados… Todo el mundo
> sabe que por muchos colorines que les pongan… con el tercer ojo
> no se pueden leer novelas.
> Además, hay enfermedades en las que se toman medicamentos
> riquísimos. Los constipados, por ejemplo. ¡Lo jarabes de los
> constipados están de muerte! Yo creo que en invierno deberían
> servirlos en los bares:/
> - ¡Ponme un chupito de Bisolvon… y un expectorante pa’ todos,
> que un día es un día!/
> ¿Y las Aspirinas infantiles? ¡Están mejor que los caramelos!
> Lo que no entiendo es por qué a las de adultos les cambian de
> sabor.
> Otra cosa que no entiendo: ¿quién les pone los nombres a los
> medicamentos?
> Para mí que son dos tíos: uno que tiene las ideas muy claras y
> les pone a los medicamentos nombres que te dan pistas de para
> qué sirven: Peusek, Evacuol, Mucosán…
> Y otro tío que va de creativo y se inventa marcas como /Seroxat,
> Clamoxyl, Atarax, Augmentine… /Que, claro, uno se pregunta:
> /-¿Qué aumenta el Augmentine? -¿Se vende junto con la Viagra?
> /Si es que son ganas de complicar las cosas....
> El bicarbonato por ejemplo, ¿por qué no le llaman Eructol?...
> O los supositorios, ¿por qué no se llaman Son-pal-cul?...
> y, ya puestos, al Hemoal que le llamen Almorranón.
> Otra cosa que me encanta de los medicamentos es el prospecto. A
> veces con sólo leerlo y ver la cantidad de cosas que cura, ya me
> siento mejor.
> Bueno, menos con los prospectos de los tranquilizantes. Porque
> te pones a leer los efectos secundarios y… */“Este medicamento
> le puede producir mareos, temblor, cefalea, insomnio con
> ansiedad y depresión, visión borrosa, sequedad en la boca,
> estreñimiento, taquicardia…”/*
> Pero, ¿cómo puede eso tranquilizar a alguien?
> Bueno, y si nos ponemos a criticar… Hay un medicamentos que a mí
> me ponen muy nervioso: Las gotas, por ejemplo. No se conoce a
> nadie que haya conseguido echarse el número de gotas que le dice
> el médico. Porque, ¿cómo lo haces? Tienes la cabeza de lado, el
> cuentagotas arriba… Y ahora… ¿Cómo cuentas las gotas?
> Al final acabas:/- Uno, dos, tres chorro, cinco, seis, chorro…
> doce…/
> Eso sí, cuando uno está realmente mal, no hay nada como las
> inyecciones.
> Lo que pasa es que da un poquitín.. de miedo.
> Yo además tengo la mala suerte de que siempre que voy a
> pincharme, me toca el 'practicante'; o sea, ¡el que quiere
> practicar con mi culo!
> ¡Joder, si quiere practicar, que practique con el culo de su
> padre, y luego que venga!
> Lo que pasa es que como estás muy mal, dices: /“Vamos
> pa’lante”/, ... te bajas los pantalones … el tío se pone a tu
> espalda … Y no hace ruido. ¿Qué estará haciendo?
> ¿Se habrá ido? No, porque de pronto te dice… /- Relaje la nalga…/
> ¿Como que relaje la nalga?
> Mire usted, yo con el culo al aire y un tío por detrás… ¡No me
> relajo nunca!
> Aunque, no nos engañemos: Duele, pero un jeringazo es mano de
> santo.
> Y es que los medicamentos te hacen la vida más fácil.
> En fin, que… ¿Saben lo que les digo?
> Que en vez de dejar de tomar medicinas, lo que voy a hacer es
> dejar de ir al médico.
> Y así me tomo lo que quiero ...

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