Como todos los años, anoche sobre las ocho, empezó la cabalgata en la Era de la Ermita. Allí estábamos la gente de siempre. Y, como siempre, "trochábamos" para ver la cabalgata desde los rincones más bonitos de Cádiar, a la vez que, bolsa en mano, íbamos cogiendo caramelos. Daba encanto ver la ilusión en las caritas de los niños cuando los reyes les daban los regalos o simplemente al verlos pasar, y otros, por supuesto, lloraban nada más verlos.
Esperemos que esta maravillosa ilusión nunca se pierda, que siempre haya un "Juan Alcalá".
Que los Reyes os hayan echado lo que cada cual quería.
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