Vistas de página en total

sábado, 3 de noviembre de 2012


Una tarde un famoso banquero iba en

su limusina cuando vio a dos hombres a

la orilla de la carretera comiendo

césped.

Preocupado, ordenó a su chofer

detenerse y bajó a investigar.

Le preguntó a uno de ellos:

- ¿Por qué están comiéndose el

césped?

- No tenemos dinero para

comida. - dijo el pobre hombre - Por

eso tenemos que comer césped.

- Bueno, entonces vengan a mi casa

que yo los alimentaré - dijo el

banquero.

- Gracias, pero tengo esposa y dos

hijos conmigo. Están allí, debajo de

aquél árbol.

- Que vengan también, - dijo

nuevamente el banquero.

Volviéndose al otro pobre hombre le

dijo:

- Ud. también puede venir.

El hombre, con una voz lastimosa dijo:

- Pero, Sr., yo también tengo esposa y

seis hijos conmigo!

- Pues que vengan también. - respondió

el banquero.

Entraron todos en el enorme y lujoso

coche. Una vez en camino, uno de los

hombres miró al banquero y le dijo:

- Sr., es usted muy bueno. Muchas

gracias por llevarnos a todos!!!

El banquero le contestó: -¡Hombre, no

tenga vergüenza, soy muy feliz de

hacerlo!.

Les va a encantar mi casa.... ¡El césped

está como de veinte centímetros de

alto!


Moraleja:


Cuando creas que un banquero te está

ayudando, piénsalo dos veces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario