Cuando era chica recuerdo que algunos domingos de verano me iba con la familia de mi tío Antonio a pasar el día en aquellas frondosas alamedas..., nos subíamos en la piedra..., nos bañábamos en la poza del río... Eran días maravillosos...
Ya después cuando era adolescente nos íbamos los amigos y una de las atracciones era ver quién tardaba menos en subir a la piedra, siguiendo el curso del río encontramos una cueva..., pero por mucho que lo intentamos fuimos incapaces de entrar...
Hoy, como tantas otras veces, he vuelto a pasear por allí...
No hay comentarios:
Publicar un comentario